La Oficina Forense y la de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado seguirán conectadas y coordinando los trabajos para lograr la identificación de todas las víctimas mortales
El Centro de Integración de Datos (CID) constituido por la Dana de Valencia continuará funcionando de forma telemática a partir de este martes, 12 de noviembre, hasta que quede desactivada la emergencia.
Los integrantes de las dos oficinas que componen este órgano técnico regulado por el Real Decreto 32/2009, la Oficina Forense y la Oficina de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (Policía Nacional y Guardia Civil), seguirán por tanto trabajando de forma coordinada y en permanente contacto en el cruce de datos para lograr la identificación de todas las víctimas mortales.
Según el último balance del CID, cerrado a las 20 horas de ayer, desde que se produjo la Dana y las posteriores inundaciones, el pasado 29 de octubre, se han registrado 214 víctimas mortales de las que 211 ya están plenamente identificadas (166 por huellas dactilares, 42 por ADN y tres por identificación hospitalaria en vida).
El Centro de Integración de Datos de la Dana de Valencia se constituyó el día 31 de octubre para “reunir y supervisar los diferentes informes de identificación que se realicen por las distintas instituciones”, tal y como recoge expresamente el RD 32/2009, por el que se aprueba el Protocolo nacional de actuación Médico-forense y de Policía Científica en sucesos con múltiples víctimas.
Sus miembros han estado físicamente trabajando en horario ininterrumpido de mañana y tarde desde ese día hasta ayer, 11 de noviembre, en unas dependencias habilitadas en la Ciudad de la Justicia de Valencia, en cuyas instalaciones se encuentra el Instituto de Medicina Legal (IML) y la morgue que centraliza la recepción de los fallecidos por la tragedia para practicarles la autopsia y derivarlas después a otra morgue ubicada en Fira Valencia.
A partir de hoy, el CID ha entrado en una nueva fase de trabajo telemático. Sus integrantes continuarán cruzando datos recabados en las oficinas ante mortem puestas en funcionamiento por la Policía Nacional y la Guardia Civil en colaboración con médicos forenses.
Esas oficinas se encargan de recabar denuncias de desaparición y datos y muestras biológicas aportadas por las familias de los desaparecidos a fin de facilitar la identificación de sus seres queridos mediante el cotejo de esos datos con los obtenidos en la fase post mortem, durante la práctica de las autopsias.
Las oficinas ante mortem tenían hasta ayer, a las 20 horas, un total de 23 expedientes activos de denuncias de desaparición.
El proceso de identificación de las víctimas mortales en una tragedia como la ocurrida está regulado al milímetro en el Real Decreto 32/2009, desde que se produce la localización y el levantamiento del cadáver hasta que se emite el informe de autopsia junto con el dictamen de identificación a la autoridad judicial competente.
Es un procedimiento que sigue criterios científico-técnicos que ofrecen absolutas garantías a los familiares de las personas fallecidas.
Así, para lograr la identificación de un cadáver se tienen en cuenta elementos primarios, como son las huellas dactilares, el ADN y el estudio odontológico.
Esos elementos primarios se ven reforzados después por los elementos secundarios que se observan en la autopsia a los fallecidos, como prótesis, cicatrices, tatuajes, descripción física, vestimenta o efectos personales, datos que se cruzan con los facilitados por los familiares de los desaparecidos en las oficinas ante mortem.
Fuente: https://www.poderjudicial.es/