Continúan los enfrentamientos armados en la ex-Birmania, donde las fuerzas insurgentes están atacando las regiones fronterizas con China e India. Para la ONU desde el inicio de la guerra civil en 2021, hasta hoy, habría más de 200 mil desplazados y la situación se estaría agravando tras la nueva ofensiva. Guterres: «Hay una gran preocupación» por las consecuencias humanitarias
En Myanmar, las tropas del régimen militar golpista están en dificultad tras haber perdido el control de varias regiones en las últimas semanas. Los rebeldes están extendiendo su control a las zonas occidentales, en la frontera de la India, con la renovada alianza de tres grupos armados de minorías étnicas que han obligado al ejército a abandonar las zonas fronterizas con China, donde, en la región de Shan, un batallón entero de las fuerzas armadas se rindió a los insurgentes. El gobierno está cada vez más preocupado por la situación, y el presidente Myint Swe ha declarado que si el ejército no logra detener la ofensiva de los insurgentes, el país corre el riesgo de desmoronarse.
Las fuerzas rebeldes
Los grupos armados son más de 17 y además están constituidos por milicias compuestas sobre una base étnica. A menudo hay rivalidades entre los mismos grupos, pero últimamente se va perfilando una clara comunión de intenciones contra el régimen. En 2021, tras el golpe, nació también el grupo armado People’s Defence Force, que representa al gobierno de unidad nacional en el exilio, desahuciado por el Tatmadaw, las fuerzas armadas, que asumieron el liderazgo del país. Los rebeldes, después de haber adoptado durante mucho tiempo una estrategia de espera, lanzaron una ofensiva, llamada «operación 1027», hace dos semanas: Desde entonces, el ejército no parece ser capaz de organizar un contraataque eficaz. Según el portavoz de la Alianza Nacional Democrática de Myanmar, uno de los principales grupos armados en el país, el objetivo final es la toma de la capital, aunque, por el momento, las regiones conquistadas por los rebeldes son periféricas y en su mayoría rurales.
La cuestión humanitaria
Mientras tanto, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha expresado su preocupación por la situación, con las personas que han huido de las zonas del conflicto que ya son casi 200 mil. Se corre el riesgo de crear una nueva y dramática crisis humanitaria. El país ya es tristemente conocido por la represión antidemocrática y la persecución étnica. Emblemático es el caso de la población musulmana de los Rhoingya, obligada a abandonar su país. La guerra civil en la antigua Birmania comenzó en 2021, cuando un golpe de Estado, dirigido por los militares, derrocó al parlamento y arrestó a la líder política, Aung-San suu Kyi.
Fuente: https://www.vaticannews.va/