Blas Infante tiene una imagen extraordinaria para la mayoría de políticos, historiadores y los medios de comunicación. Sin embargo, se caracterizaba por su clara preferencia del islam sobre el cristianismo así como por su idea negativa de España, dado que aspiraba a acabar con España y nuestra cultura cristiana mediante la islamización de toda Andalucía y toda España, así como mediante un estado confederal español en el que Andalucía estuvieses vinculada al protectorado de Marruecos.
Su consideración de Andalucía como una Nación le llevó a ser considerado como “Padre de la patria andaluza” ya en el primer estatuto autonómico de Andalucía. Sin embargo, su idea nacionalista se basaba en que supuestamente Andalucía se correspondía con Al-Andalus, motivo por el cual lamentaba profundamente la reconquista. La realidad es que Andalucía no es más que una delimitación administrativa del S.XIX y Al Andalus ocupó casi toda la península, y en el último siglo de su existencia, el Reino de Granda se correspondía sólo con parte de algunas provincias andaluzas. Y la realidad es que la historia de las provincias que conforman Andalucía ha venido unida y vinculada a la historia de una las naciones más importantes de la historia de la humanidad, como es España.
Tomando como referente uno de sus últimos libros, “La verdad sobre el complot de Tablada y el Estado Libre de Andalucía”, publicado por la Junta de Andalucía en 2017, destacaremos alguna de las afirmaciones de Blas Infante.
Sobre Andalucía y su antieuropeismo afirmaba Blas Infante:
Uno de nuestros reyes más representativos, Almutamid, decía “la prudencia consiste en no ser prudente”. Pero entonces Andalucía era libre: hoy es esclava (ya lo demostraré) (pag 120). (…) Y Cataluña, es más Europa que Andalucía. Nosotros no podemos, no queremos, no llegaremos jamas a ser europeos (pag. 122) (…) Europa, es el feudalismo territorial e industrial. Andalucía, el individualismo libertario que siente el comunismo humano, evolutivo (pagina 125). (…) Lo cierto es que Andalucía tiene una historia privativa, absolutamente ignorada, por lo menos en su ininterrumpida sucesión, la cual historia puédese llegar a marcar por los siguientes jalones (pag. 131)
Sobre su idea negativa de España y el cristianismo, afirmaba Blas Infante:
España, instrumento de Francia; los bárbaros expulsados por el auxilio árabe, con la colaboración de Europa entera, vienen otra vez contra nosotros ¡las cruzadas! Nos quitan nuestros territorios peninsulares, y llamándonos perros nos despeñan por los otros barrancos de la mariana. Fernando el Bizco nos arrebata Córdoba y Sevilla. Sangre y fuego. Empiezan a quitarnos la tierra. Los bárbaros se revuelven vencedores contra el espíritu de todas nuestras instituciones, que se derrumban ante su empuje ciego. Por último ISABEL, la empeña-joyas, la Católica, título que le concede el Papa por haber degollado a la valiente población malagueña; por haber repartido las doncellas andaluzas como esclavas entre sus damas; por haber enviado al mismo Papa parte del botín, y un escuadrón de esclavos andaluces, cautivados en la rendición de Málaga; Isabel, la bárbara, grosera, fanática, hipócrita y cuya figura y cuyo reinado contratado con los valores permanente y universales de la Humanidad y de la Justicia, y aún con las normas políticas de ordinaria moral, ordenadas a la gobernación de los pueblos, son los más desastrosos que tuvo España, como se llegará a demostrar en la próxima revisión;(…) Ya lo dijo Anubeka: “a medida que las cruces y las campanas iban atando las airosas torres de las mezquitas, la tierra de jardín se tornaba en yermo y la cruz presidía la esterilidad de los campos, cerrados a los andaluces” (pag. 134)
Sobre su identificación con los musulmanes:
Nuestra hermandad étnica, geográfica y etnológica, garantizará siempre nuestra hermandad. Ni aun diferencia religiosa existe realmente entre los andaluces de ambos lados del estrecho. (…) Los hechos son: un millón doscientos mil a andaluces musulmanes y mosaicos se extienden desde Tanger a Damasco (Pag 140)
Sobre su aspiración a que España fuese un Estado Confederal y Andalucía un Estado libre asociado unido a Marruecos:
¿Se comprende, ahora, bien por qué aspiramos a que Marruecos, el Marruecos hoy sometido al protectorado de España, llegue a ser verdaderamente protegido, viniendo a fomar un estado autónomo federado con los demás andaluces, dentro del gran afictionado de Andalucía? (…) De que existe la aspiración de constituir un Estado libre o una República de Andalucía (Pag 149)
Respeto a las reacciones en su época contra el islamismo de Blas Infante, él mismo destaca las siguientes:
“La pretensión claramente expuesto de restaurar Al Andalus, en Andalucía, actualizando sus aspiraciones esenciales, habría venido a determinar el que se llegasen a reír de nosotros, a que, por lo menos, nos tuvieses por locos que pretendíamos volver a vestir de moros y resucitar en nuestro país el Islam” (…) “Solamente se levantó, y esto fue para atacarnos, uno de Málaga, a quien, por lo visto, inquietaba el que quisiéramos repartir, entre los hombres, las mujeres”. (Pag. 142 y 143)