La familia atraviesa una etapa muy difícil en la historia universal. Al triste aumento de las rupturas familiares se unen políticas a nivel internacional que van contra la familia y sobre todo contra la natalidad.
Ante dicha situación, un matrimonio de Málaga, Jose Luis y Maui, casi con toda seguridad inspirados por la Virgen María, crearon este proyecto. Proyecto amor conyugal comenzó en 2002 cuando en una oración en Fátima, la Virgen se lo encomendó a un matrimonio de Málaga: José Luis y Maui. Tras comenzar unos cuantos pequeños grupos de catequesis, en 2016 se iniciaron estos retiros y desde entonces se está extendiendo a gran velocidad por toda España, y parte del mundo. Es un método diocesano, para el matrimonio y la familia cuyo fundamento principal es conocer en profundidad y la grandeza de nuestro sacramento, a través de las catequesis de San Juan Pablo ll , llevándolas a la experiencia de la vida.
El proyecto de amor conyugal está formado por matrimonios católicos que profundizan en la vocación conyugal, como camino de santidad y que, movidos por la compasión de Cristo por el sufrimiento de muchos matrimonios y familias (sufrimiento que nosotros hemos padecido primero), ponen sus dones (como siervos inútiles) al servicio de María para hacerles llegar Su mano misericordiosa. Descubrimos que en la mayoría de los casos son «como ovejas sin pastor» (Mc 6, 34) y necesitan orientación y acompañamiento para convertir su matrimonio en algo grande.
Proyecto Amor Conyugal es un método para matrimonios que se ha hecho diocesano en Málaga y se está extendiendo por multitud de diócesis por España, parte de Europa y Sudamérica, con la supervisión de los párrocos respectivos y los delegados de pastoral familiar y los obispos de cada diócesis. Para reforzar nuestra formación, algunos hemos realizado el máster en Pastoral Familiar del Instituto Juan Pablo II. También algunos trabajamos en la Pastoral Familiar de nuestra diócesis. “LOS TRES PILARES” DE PROYECTO AMOR CONYUGAL
- Formación
- Oración
- Amor (Vida)
- Formación “comprender” el matrimonio: Aprender de la revelación. Mucho más de 2000 años de revelación sobre el matrimonio, de Dios a través de su Espíritu, recogidos en el Magisterio de la Iglesia. No es una ideología, es un compendio de la Verdad.
- Oración en común y Sacramentos (“con la ayuda de Cristo”): Amarnos con el Amor de Cristo. Cuanto más entre Él en nosotros, más actuará Su amor y no el mío.
- Y amar (“vivir” el sacramento): Prácticas cotidianas de entrega para alimentar nuestro Sacramento Matrimonial. No se puede amar si no hay un compromiso, si no hay esfuerzo y si no hay sufrimiento.
Acercamiento a Dios haciendo su voluntad con Cristo y a imitación de Cristo, lo que conlleva un crecimiento espiritual y perfecciona nuestra comunión. (CIC 1661 “El sacramento del Matrimonio significa la unión de Cristo con la Iglesia. Da a los esposos la gracia de amarse con el amor con que Cristo amó a su Iglesia; la gracia del sacramento perfecciona así el amor humano de los esposos, reafirma su unidad indisoluble y los santifica en el camino de la vida eterna.”)
- Vivir un anticipo del Reino de Dios en este mundo: Comunión, alegría, paz, plenitud… (CEC 1642 “…En las alegrías de su amor y de su vida familiar les da, ya aquí, un gusto anticipado del banquete de las bodas del Cordero…”)
- Ser luz para nuestros hijos («Mirad como se aman») Familia como escuela de amor. (“Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad construida sobre un monte.” Mt 5,14) (“La familia es la primera y fundamental escuela de socialidad; como comunidad de amor, encuentra en el don de sí misma la ley que la rige y hace crecer. El don de sí, que inspira el amor mutuo de los esposos, se pone como modelo y norma del don de sí que debe haber en las relaciones…” F.C. 37 JPII)
- Ser sal de la tierra para otros matrimonios y familias (“Vosotros sois la sal de la tierra. Si la sal se vuelve insípida, ¿con qué se le devolverá su sabor? Sólo sirve para tirarla y que la pise la gente.” Mt 5,13)
- Estar presentes unos en las necesidades de los otros (En especial entre los miembros del grupo (“Pues este Hombre no vino a ser servido, sino a servir” Mc 10,45)