Jose Miguel Granados. Empresario.
James Clark (1810-1888) fue autor de una cita que dos siglos después sigue estando tristemente vigente: «La diferencia entre un político y el hombre de Estado es que el primero piensa en las próximas elecciones y el estadista en la próximas generaciones».
En España sobran políticos, y faltan estadistas. Desafortunadamente, es demasiado habitual que se administre el dinero público sin pensar en las consecuencias de su gestión una vez finalizado sus mandatos. Como dice el refrán, «El que venga detrás, que arree».
En Marbella encontramos muchos ejemplos de este modo de actuar. En 2007, nuestra ciudad recibió de la Junta de Andalucía un anticipo reembolsable de 106 millones de Euros con un plazo de devolución de 10 años. Durante los primeros años, se realizaron cesiones de diversos inmuebles para compensar parte de dicha deuda pero en junio de 2015 aún faltaban por devolver 68 millones en 2 años y medio. El entonces recién nombrado alcalde socialista, José Bernal, renegoció dicha deuda para obviar el pago que correspondía realizar en dicho trimestre y se comprometió a asumir durante los siguientes trimestres unos pagos proporcionalmente mayores:
Tres meses después, en lugar de devolver los 8,3 millones comprometidos se volvió a reconocer la incapacidad de realizar ningún pago. Un día antes del vencimiento de esta cuota, el 19 de septiembre de 2015, el Sr. Bernal firmó una nueva modificación de las condiciones de devolución del citado préstamo, en este caso asumiendo el compromiso de devolver casi 17 millones de Euros el 20 de diciembre de 2015:
Así llegamos hasta diciembre de 2015, donde se volvió a reconocer la incapacidad de realizar ningún pago, y se renegociaron las condiciones de devolución de esta deuda con el compromiso de devolver más de 43 millones de Euros durante 2016:
El Sr. Bernal podría argumentar que el Ayuntamiento no dispusiera de 5,5 millones para devolver en junio, ni 8,3 millones en septiembre, ni 16,7 millones en diciembre porque trabajaba con unos presupuestos heredados de la corporación anterior. Sin embargo, resulta extraño que conociendo la situación financiera del Ayuntamiento asumieran unos compromisos de pago crecientes que meses después resultaba imposible cumplir. Y resulta aún más desconcertante que pese a haber comprometido pocas semanas antes la devolución de 43 millones durante 2016, el 15 de febrero se firmase una nueva renegociación de deuda para devolver finalmente menos de 5 millones y, eso sí, ampliar el periodo de pago 10 años más hasta finales de 2027:
La moraleja de esta historia es que la patada hacia adelante no parece ser un buen modelo de gestión. Durante 9 meses no se amortizó ni un solo céntimo, y no parece lógico que se firmasen compromisos de pago sucesivos a cada cual menos realista para que al final sean nuestro hijos quienes deban asumir las deudas de sus padres. Como dije al principio, “El que venga detrás, que arree”.
La gestión del actual gobierno popular tampoco parece ser especialmente brillante. Una de sus últimas decisiones ha sido solicitar un préstamo de 12 millones de Euros a devolver en 15 años para realizar inversiones durante 2021. Sobre esta decisión el Interventor Municipal ya expresó sus reticencias durante la tramitación de los presupuestos al advertir que se recurre al endeudamiento a largo plazo para financiar actuaciones con una vida útil muy reducida.
Llama la atención que una de las actuaciones que se pretendan financiar a cargo de este crédito sea el inicio de la construcción de un nuevo Centro de Salud en Las Chapas, algo que debería ser competencia de la Junta de Andalucía. No es discutible que se trata de una inversión necesaria. Sin embargo, debiendo el Ayuntamiento abonar a la Junta 5,5 millones de Euros a cuenta del anticipo reembolsable durante este año, lo lógico hubiera sido renegociar las condiciones de devolución de dicho anticipo y que cancelasen un importe equivalente a las inversiones realizadas por el Ayuntamiento y cuya ejecución debiera ser competencia autonómica. Sin embargo, los presupuestos aprobados para este 2021 no contemplan que haya habido ninguna renegociación de deuda, por lo que de nuevo corresponderá a nuestros hijos asumir el pago de este préstamo hasta 2036.
Y el que venga detrás, que arree.